15 - Desperté al mundo

Lo que fuimos será poco, hay grandeza en las calles de esta ciudad muerta.

Algunas veces se apagan velas, otras tantas son los sueños.

Las llamadas sin respuesta, de pecho ronco a pecho acurrucado.

Duermo solo con mis manos, tú despiertas con su rostro.

Y el mundo gira, toma, quita; envuelve un ciclo antes que el sol,

Mis juegos de niño y fantasías se queman con el frío previo al albor.

No hay nada, ni en la acera, ni en la arena.

Ni en los años de los eones, de los astros de los dioses,

No hay pizca que me guiñe ante el abandono de los míos.

Me encuentro tus recuerdos, me escondo de tus gustos, tus verdades

Un convenio que se arrastra con el filo de una daga.

Un zapato en la fila de un sástre, con la suela despegada.

Una noche entonces mía, ahora de los amantes y sus armas.

Sus miradas sosas, sus refugios flácidos, sus palabras huecas,

Su otro tablero, con las piezas dispuestas y las reglas en mano.

Sus contratos sociales, sus códigos secretos, sus lenguas muertas,

Desnudas ante el vuelo de los árboles, que acogen sus mentiras.